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jueves, 25 de agosto de 2011

ELOGIO DE LA FELICIDAD







Le pesaba saber.


No era el hecho de poseer conocimientos, información, cultura; era la conciencia de si mismo lo que le pesaba.
Diariamente veía el trajinar de los otros, sus deseos, sus necesidades, sus alegrías, sus pequeñas (o grandes) miserias; que no le eran ajenas, él también era parte de lo mismo.


El problema (SU PROBLEMA) pasaba por esa sensación que tenía en cuanto a qué, si no todos los demás, la mayoría, era feliz o lo parecía, conformándose con el día a día, salvando el pellejo de su  contento a diario, en cómodas cuotas pagaderas en un comodato vitalicio.
Por supuesto que todos tenemos problemas, incluso algunos los tienen graves o fatales, que superan el común, pero en su trato cotidiano él veía que la mayoría de sus interlocutores no se planteaban ni su finitud ni su eventual trascendencia o intrascendencia, conformes con sólo ser.


Primero eso lo perturbaba, al punto del desprecio y en ocasiones odio por lo llano de quienes no veían un palmo más allá de sus narices, incluso el asco y el rechazo.


Fue en una noche de cavilación azarosa que comprendió que su sentimiento era equívoco, no era rechazo u odio, PEOR, eran celos y envidia, por no poder actuar así.


Supo entonces lo que quería: Ser feliz.


Desde ese momento, se sintió pleno, todos sus instantes libres los dedicó a pergeñar el plan  que lo llevaría a la felicidad.


Le llevó algunos meses, búsquedas y sobornos, pero finalmente consiguió unos estudios radiográficos, análisis clínicos y tomografías que se convertirían en su pasaporte al suceso.


Finalmente.


Acostado en la mesa de operaciones, la brillante luz lo encegueció brevemente, parpadeó y escucho la  voz del anestesista, que le dijo algo de "cuente de diez hacia atrás y se irá durmiendo" ... mezclada  con la voz del cirujano que comentaba a sus ayudantes lo raro de esa enfermedad, que obligaba a esa  lobotomía selectiva multifocal, enfermedad detectada apenas justo a tiempo.


Sonrió y abrió sus brazos a la felicidad.




lunes, 15 de agosto de 2011

FOREVER LOVE



Entreabrió sus ojos en la semipenumbra,automáticamente apagó su despertador antes de que sonara y con su brazo derecho tanteó la cama, buscando el amor que nunca había estado allí.


Una vida trancurrida en la cotidiana búsqueda de ese amor que esquivo y burlón burlaba sus vanos intentos de corporizarlo.


Cada noche, cuando sus ojos leían su mente, aparecía,y no era perfecta porque fuera bella o etérea, o fuera un angel...
Era porque era SUYA.


Un noviazgo hecho de la bruma de los sueños,con planes,proyectos de vida que se sucedían lógicamente y se deshacían en cada amanecer.


Qué es lo que la hacía ideal? Su mutuo amor.


Que es lo que la hacía horrible? su no entidad.


Así fue que decidió ir en su búsqueda, no iba a permitir que se le escapara como usualmente sucedía.


Planífico cuidadosamente sus pasos, esa semana , cada noche le narró sus planes, ella lo escuchaba embelesada, para esfumarse cada mañana.


El domingo,pagó sus servicios, ordenó la casa, cerró todas sus cuentas (correo electrónico, redes sociales) y partió.


Una semana más tarde, alertados por el encargado del edificio, quien finalmente se había hecho eco de las quejas de los vecinos, la policía y los bomberos lo encontraron, abrazado a un ramo de ya marchitas flores, una botella y un par de frascos de ansiolíticos vacíos, los ojos cerrados y una sonrisa eterna.


Ahora sí, juntos para siempre.